Dichosos reyes magos


Por estos días es fácil escuchar algunas conversaciones referidas a los reyes magos de oriente. Desde las más cercanas al comercio: "qué le compro, yo compraré tal, mi madre cual"; hasta las más lejanas a cualquier comercio o religión. Como en cualquier situación, hay diferentes puntos intermedios.

Algo que tienen en común todos los papás y mamás que en estas fechas están hablando de los famosos reyes: el amor por sus hijos e hijas, dar a sus peques lo mejor de lo mejor. Mas ¿alguien está seguro de qué es lo mejor? ¿alguien tiene tal nivel de perfección, que lo sabe?

Teniendo en cuenta que la perfección depende del ojo que "la mira", no es fácil que una persona de un extremo de esta situación, esté en acuerdo con otra persona, que está en el extremo contrario. En esta situación, los extremos "no se tocan". Así las cosas, en un momento determinado, quién decide que a su peque le va a decir "quienes" componen en esta época los tres magos, encuentran la oposición de la mayor cantidad de gente a su alrededor.

Familiares, amigos, "y demás familia", que le preguntarán al peque la pregunta de "rigor" en esta fecha: "¿Qué te traerán los reyes magos?" "¿te has portado bien? sino te traerán carbón". Esta situación pone tanto a los más pequeños como a los adultos en una situación incomoda. Los menores, miran a la persona de referencia para ellos, su padre o su madre, sin saber qué decir.
Esta es realmente la prueba de "fuego" para el adulto. Porque está ante lo que considera un error, esas "preguntitas". El otro adulto, el que pregunta, también cree que es un error que al niño se le prive de la tradición de los reyes magos.

De pronto lo importante no es los "dichosos reyes magos", sino que lo importante es la actuación que tienes ante un error. Porque tu hijo, tu hija está atenta a lo que dices, y lo que haces en todo momento. Ahí se da perfecta cuenta de cuál es tu actuación frente a un error. Está registrando tu reacción, y también qué hacer ante el error, en él/ella, y en otros.

En nuestra cultura, los errores han tenido el peor tratamiento, el castigo, bien en forma física o bien en forma psicológica (pena o ausencia de premio). De pronto te sientes bien, porque estás consiguiendo evitar los castigos con tus peques, pero continúas usando el castigo con los adultos a tu alrededor... por tanto, cuando los peques usan el castigo te quedarás sorprendido, sorprendida, sobre todo si aún no va al cole o guardería. Si en casa no le castigamos, ¿dónde lo vio? Tal vez no es tan verdad que en casa no castigais...

Teresa García.
Psicóloga Clínica.
Sin Castigos

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