Cuando las mujeres nos sumergimos
en la crianza de nuestros hijos
entramos en una etapa de la vida reproductiva de la mujer muy característica,
el puerperio. Puede que en algunas
madres parezca más evidente que en otras, pero el puerperio es un estado en la
mujer que no entiende de edades, ni de razas, ni de tipos de crianza, todas las mujeres pasamos por él,
seamos más o menos conscientes de ello.
A todas en algún momento nos ha
parecido que perdemos la razón
cuando estamos con un bebé en brazos que llora desesperadamente, cuando vemos
que pasan los días y no podemos ni ducharnos, empezamos a dejar de lado cosas
que antes eran normales, ya no vemos tanto a los amigos, incluso en algunos
casos nos distanciamos, cambian las prioridades, los gustos, los ritmos etc.
Hay quien confunde el puerperio
con el posparto inmediato, y según
autores las duraciones varían:
-Hay quien hace referencia al
puerperio al período después del parto durante el cual se recuperan los órganos
genitales internos. La conocida cuarentena.
-Otros autores hablan del
puerperio como el período que comprende desde el final del parto hasta la
normalización de los cambios fisiológicos producidos durante el embarazo, que
puede durar hasta 6 semanas.
Estas dos definiciones harían
referencia a lo que es el posparto
inmediato.
-Desde una perspectiva en la que
el nacimiento de un hijo se considera como un suceso vital, no se tienen en cuenta sólo los cambios fisiológicos,
sino que entran en juego muchos factores: psicológicos, familiares, sociales
etc. Por tanto hay autores que hablan del puerperio como el período que abarca
desde el nacimiento hasta los dos
primeros años del bebé, que son los años de mayor dependencia de la madre.
Esta situación por tanto, hemos
visto que puede prolongarse en el tiempo, por lo tanto también es fácil que
durante un tiempo prolongado las madres vayamos enlazando un puerperio con
otro.
Por eso, en mi experiencia con
las madres, y en la personal mía, es en el momento en que ya decidimos que no
vamos a volver a ser madres, cuando realmente salimos del puerperio, a no ser
que tengamos hijos con mucha diferencia de edad.
Empezamos a tener ganas otra vez
de salir, ver a amigos, tener más vida social, o profesional, incluso a
arreglarnos o pintarnos, escuchar música, bailar, etc. cada una según sus
gustos. Todo esto que puede parecer en principio frívolo, no lo es en absoluto,
porque todo esto indica que estamos pasando
a otra fase de nuestra vida, no menos importante y en la que las madres
empezamos otro reto, aprender a compaginar todas las facetas que conforman
nuestro ser: madre, mujer, amante, profesional, amiga, hija…
Aprender a integrar todas estas facetas, integrarlas y compaginarlas,
predominando cada una de ellas según el momento o circunstancia en la que nos
encontremos, y siempre continuando con la crianza y el acompañamiento de nuestros hijos a lo largo de su vida.
Ruth Giménez.
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