Ayer se celebró la castañada, una fiesta popular catalana en la que familiares y amigos se reúnen para asar castañas, boniatos y comer panallets (un dulce típico hecho a base de almendra cruda molida, azúcar y piñones), acompañado de moscatel.
Las fiestas populares como la castañada son una ocasión ideal para trabajar muchas habilidades y capacidades con nuestros niños. Así pues, una fiesta es un centro de interés alrededor del que se pueden hacer muchas actividades y que se puede empezar 15 o más días antes de la celebración.
En primer lugar, podemos contarles el origen de la fiesta y cómo ha perdurado hasta nuestros días. Seguramente al explicarles el origen, tendremos que hablarles de cómo se vivía en aquella época, cómo vestían, como trabajaban, cómo se alimentaban, etc. Es una manera de acercarles a la historia local y a la historia general porque podemos incluso comparar la información con otros lugares del mundo.
Alrededor de una fiesta siempre existen ornamentaciones y decoraciones que podemos confeccionar con los niños o personajes que podemos recrear a través de disfraces, de dibujos o de manualidades. Es decir, una fiesta representa una buena manera de fomentar la creatividad de los niños.
Y, ¡cómo no! una fiesta siempre tiene su lado culinario. Esas recetas que son especiales para conmemorar ese día y que nosotras podemos utilizar cual hilo conductor para trabajar distintos aspectos. Desde las matemáticas (medimos, pesamos, contamos, esperamos tiempo, etc.), pasando por la química (hervimos, congelamos, amasamos, hacemos reacciones,…), el arte (la cocina en sí misma es un arte) o la salud, por nombrar algunas. Desde que son pequeños, nuestros hijos nos pueden acompañar en la cocina e iniciarse en la preparación de sencillas recetas.
También podemos ir a una biblioteca y buscar libros relacionados con la celebración, desde cuentos, leyendas hasta libros de recetas. Seguro que encontramos muchísimas opciones.
Y por último, y no menos importante, está el compartir con nuestros hijos momentos especiales, desde la preparación días antes hasta el día en que se celebra la fiesta popular, pasaremos unos días mágicos, sabiendo que posiblemente un día ellos lo compartan con sus hijos.
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