El juego no solo tiene el propósito de entretener a los niños, sino que también tiene el objetivo de enseñarles destrezas y desarrollarles ciertas habilidades.
Las maestras preescolares tienen que ser creativas para que por medio de juegos les puedan enseñar a sus estudiantes las destrezas necesarias para estar preparados para el kínder.
Así que los juegos a los que exponemos nuestros estudiantes e hijos son muy importantes para su desarrollo intelectual y desarrollo motor. Los juegos al aire libre y que tienen que ver con movimientos les ayudan en el equilibrio, flexibilidad y coordinación.
Cuando los niños juegan desarrollan el área social y demuestran sus habilidades en diferentes áreas. A los niños preescolares les encanta jugar, tanto con los niños de su edad como los adultos significativos en su vida. Por eso los padres debemos sacar tiempo para jugar con ellos y los maestros deben involucrarse cuando los niños juegan en el patio. Ellos se sorprenden cuando nos ven bajando por una chorrera, brincando cuica, corriendo bicicletas, entre otros juegos.
Los juegos pasivos también tienen sus propósitos, les ayudan a concentrarse, a desarrollar la paciencia y a manejar emociones. Los juegos de dramatización les ayudan a entender el ambiente que les rodea y los roles de cada persona (los padres, maestros, doctores, etc.). Les encanta imitar a los adultos. Así que vamos a jugar con nuestros niños para que logren su desarrollo máximo.
Las maestras preescolares tienen que ser creativas para que por medio de juegos les puedan enseñar a sus estudiantes las destrezas necesarias para estar preparados para el kínder.
Así que los juegos a los que exponemos nuestros estudiantes e hijos son muy importantes para su desarrollo intelectual y desarrollo motor. Los juegos al aire libre y que tienen que ver con movimientos les ayudan en el equilibrio, flexibilidad y coordinación.
Cuando los niños juegan desarrollan el área social y demuestran sus habilidades en diferentes áreas. A los niños preescolares les encanta jugar, tanto con los niños de su edad como los adultos significativos en su vida. Por eso los padres debemos sacar tiempo para jugar con ellos y los maestros deben involucrarse cuando los niños juegan en el patio. Ellos se sorprenden cuando nos ven bajando por una chorrera, brincando cuica, corriendo bicicletas, entre otros juegos.
Los juegos pasivos también tienen sus propósitos, les ayudan a concentrarse, a desarrollar la paciencia y a manejar emociones. Los juegos de dramatización les ayudan a entender el ambiente que les rodea y los roles de cada persona (los padres, maestros, doctores, etc.). Les encanta imitar a los adultos. Así que vamos a jugar con nuestros niños para que logren su desarrollo máximo.
Rosaly Correa
Presidente de "The preschool advisor"
www.thepreschooladvisor.com
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